Todas las personas nacemos con unas características especiales y diferentes, pero muchas veces la manera que tenemos de comportarnos o de enfrentarnos a los retos de la vida es aprendida. Desde pequeños podemos ver como para un niño no está tan bien visto llorar y expresar sus emociones como en una niña, además a los varones se les exige ser más valientes, seguros de sí mismos. También podemos observar cómo, según las culturas, las mujeres son menos valoradas, tanto en el ámbito personal como en el laboral, lo cual es el origen de opresiones y malos tratos. Todo esto lo adquirimos sin darnos cuenta ya desde el momento en que venimos al mundo: nos comportamos como nos han "enseñado" a comportarnos. Quererse a uno mismo, ser más generoso con los demás, aceptar los fracasos, no todo depende de lo que hemos heredado, por lo que hemos de ser capaces de seguir aprendiendo y mejorando nuestras actitudes día a día, aprender a ser más inteligentes emocionalmente, en definitiva a ser más felices.
La educación emocional es un proceso educativo, continuo y permanente, que pretende potenciar el desarrollo de las competencias emocionales como elemento esencial del desarrollo integral de la persona, con objeto de capacitarle para la vida. Todo ello tiene como finalidad aumentar el bienestar personal y social
La educación emocional es un proceso educativo continuo y permanente, puesto que debe estar presente a lo largo de todo el currículum académico y en la formación permanente a lo largo de toda la vida. Es decir, la educación emocional tiene un enfoque del ciclo vital. La educación emocional se propone optimizar el desarrollo personal y social; o dicho de otra manera: el desarrollo de la personalidad integral del individuo.
Inteligencia emocional.
Entendemos por inteligencia emocional aquella manifestación de un pensamiento constructivo global. Los sujetos que piensan constructivamente tienen una buena capacidad para comprender y regular tanto las emociones propias como las ajenas. Saben adaptar sus modos de pensar a las modalidades de las diferentes situaciones. Se aceptan bien a sí mismas y a los demás, suelen establecer relaciones gratificantes. Generalmente tienden a conceder a otros el beneficio de la duda, excepto cuando existen razones de peso para ser suspicaces. No juzgan a la gente como buena o mala, sino que evalúan sus conductas concretas como eficaces o ineficaces para conseguir una finalidad específica.
Se comportan de acuerdo con la sentencia. De Tomas Moro en su obra Utopía : “Dame el valor de cambiar lo que pueda ser cambiado, la fortaleza de aceptar lo que no puede cambiarse y la sabiduría de saber distinguir lo uno de lo otro”.
Emotividad: La competencia de saber tranquilizarse.
Entendemos la Emotividad como una capacidad para soportar el estrés con una adecuada aceptación personal. Tolerancia a las críticas y a los recuerdos de adversidades pasadas. Reactividad positiva ante las dificultades actuales y futuras.
La naturaleza de la Emotividad se manifiesta en:
- Autoestima, indica la actitud favorable que la persona tiene hacia si mismo.
- Tolerancia a la frustración, indica la reacción equilibrada ante las adversidades presentes sin sobrestimar ni sobregeneralizar el significado de los acontecimientos negativos específicos
- Impasibilidad indica el grado de tolerancia al rechazo y la desaprobación
- Capacidad de sobreponerse a experiencias desagradables pasadas indica la tolerancia ante las adversidades pasadas. Guarda relación con un estilo atribucional positivo que utiliza un enfoque realista y flexible a la hora de considerar las causas de lo que ocurre en la vida de la persona
Eficacia: La competencia de saber motivarse.
Entendemos por eficacia la tendencia a pensar automáticamente en términos que faciliten una acción eficaz. Competencia para encontrar de forma optimista, enérgica y responsable una solución a los problemas.
La naturaleza de la Eficacia se manifiesta en:
- Pensamiento Positivo (Optimismo), indica la tendencia a valorar las situaciones de manera que se facilita su afrontamiento eficaz. Se relacionarían con destrezas como son las de desarrollar expectativas personales de eficacia, conocer formas alternativas de lograr objetivos, aumentar el repertorio de respuestas dirigidas a la solución de problemas.
- Actividad, se refiere a la tendencia a actuar de forma efectiva cuando se presentan los problemas en vez de quedarse pensando o quejándose de la situación. Atendería a la consigna de “me ocupo y no me preocupo”. Se relaciona con buenas prácticas como las de soportar la demora de la recompensa, desatender a los sucesos negativos, combatir los pensamientos deformados y saber administrarse refuerzos al reconocer los esfuerzos y logros personales.
- Responsabilidad, refleja la capacidad para esforzarse al máximo en todo lo que se hace estableciendo un plan y respetándolo al máximo. Atendería a la consigna de “lo que inicias lo acabas”. Se relaciona con buenas prácticas que dependerían de otras subcompetencias emocionales como la Tolerancia a la frustración y la Capacidad de sobreponerse.
No Rigidez: La competencia de saber relacionarse con las emociones ajenas.
Entendemos por No-Rigidez la tendencia a no agrupar los hechos y las personas en amplias categorías. Ausencia de desconfianza y malestar cuando no se cumplen las expectativas personales.
La naturaleza de la No-Rigidez se manifiesta en sus subdimensiones de No-extremismo, Tolerancia, No Suspicacia. Se relacionaría con buenas prácticas: por un lado la reducción del egocentrismo, el desarrollo de la empatía y de una mentalidad abierta y por otro la Tolerancia.
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