Tal y como han señalado autores clásicos en el estudio de la atención como Orjales (1999), algunas de las señales de alerta más relevantes para considerar que puede existir un problema de atención en nuestros alumnos, son las siguientes:
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Hacer las tareas de manera superficial, sin prestar atención suficiente a los detalles.
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Mostrar errores por descuido en las tareas escolares.
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Mostrar dificultades para mantener la atención en tareas escolares o en actividades lúdicas.
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Parecer distraído cuando se le habla directamente.
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Dejar las tareas escolares sin finalizar y no seguir instrucciones en relación a encargos u obligaciones sin que sea por un comportamiento negativista.
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Mostrar dificultades para establecer un orden en las tareas y actividades.
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Mostrar rechazo ante tareas o actividades que requieran un esfuerzo mental sostenido.
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Perder objetos necesarios para la realización de tareas o actividades.
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Distraerse con facilidad ante cualquier estímulo irrelevante.
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Ser descuidado en las actividades diarias